Policlínica (III Parte)
El Bosque de la Esperanza
Al escribir este artículo pensé en todas las veces que he visitado el Hospital San Vicente de Paul. Allí en el Hospital Infantil atendieron a mi prima con quemaduras graves en manos y pies, la visité mirándola por el vidrio. Muchos años después, mi abuelo falleció en la UCI a causa de un infarto. Luego le siguió mi abuela, con varias enfermedades fruto de noventa y dos años vividos. Mi mamá también "visitó" el hospital con problemas asociados al cáncer que padeció. Hasta mi esposo estuvo hospitalizado allí. Estos días han sido las visitas a mi viejito con insuficiencia renal.
Ninguno de nosotros quisiera ir tantas veces en su vida a un hospital que nos representa enfermedad, quebranto y muerte. Pero ya me ven a mí, podría ser que tengo el record.
El viernes que estuve allí, me encontré sentada frente al mural que lleva por nombre “Bosque de la Esperanza”, una obra de la artista María José González Rendón. Me encantó, sobre todo porque creo en el amor, la fe y la esperanza. Y esta última la vi, en la obra de arte; y en la cantidad de jóvenes que transitan por este hospital.
Pensé para mí misma: “En unos años ellos van a ser quienes me atiendan con mis achaques”. Y los vi con sus uniformes de todos los colores, con sus libretas, en la sala de urgencias escribiendo sus informes, hablándome de la salud de mi papá, jóvenes enfermeras atendiendo a mi viejo, riéndose con sus locuras, y siendo amables conmigo y con otros pacientes.
El Hospital Universitario San Vicente de Paul, es un “bosque de esperanza”, donde se forman nuestros profesionales. Sus edificios aunque nos transportan al ayer, encierran ciencia, tecnología e innovación. Con mis seres queridos que han estado allí, siempre he visto la abundancia en diferentes recursos profesionales y tecnológicos para dar un diagnóstico acertado.
Me siento feliz de que contemos como colombianos con esta institución. Dios bendiga a todos los que hacen posible que este “bosque de esperanza” crezca y siga siendo un lugar para cuidar, mantener y despedir la vida dignamente.

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