Les presento a las Jiménez. En la fotografía de izquierda a derecha aparecen Marina, Doña Graciela, Gloria y Fanny. Las mujeres de mi familia. Les debo, el cariño y cuidado que me han brindado en mi medio siglo de vida. Soy con todos mis defectos y cualidades, una extensión de ellas. De cada una, tengo un pedacito de alma.
Son mi historia, mi herencia, los valores que me guían en el camino. Me veo en el espejo de sus vidas, y resulta que me les parezco bastante; desde algunos aspectos físicos hasta espirituales. Comparto con ellas, algunas formas de pensar y sentir. Mis gustos por la naturaleza, por ejemplo, son un aspecto muy común entre nosotras.
La abuela se marchó a su hogar celestial, en abril del 2014. Luego, el diciembre del 2020 mi mamá también partió. Y ahora que no están conmigo, resulta que terminé valorando más su presencia.
En estos días, tengo a mis tías conmigo: Fanny y Gloria. Me siento muy agradecida de verlas, escucharlas, sentirlas cerca de mí. ¡Y cuánto aprecio estos momentos!
Y agradezco, ser Jiménez. Doy gracias a Dios por sus vidas, doy gracias por poder tener a mis tías conmigo. Son una extensión de mi abuela, de mi mamá, dos mujeres con las que luché y a las que amé con todo mi corazón. Son las Jiménez, y yo soy Jiménez igual que ellas.
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