Era una niña hermosa, de ocho meses más o menos. Le ponían en su cabecita una pañoletica
rosa que resaltaba sus cachetes y su sonrisa; ocasionalmente se le oía llorar. El papá, cada mañana salía con ella, sentada en su cochecito. La mamá salía antes o después –cartera en mano, chaqueta y duro taconeo–. Bajaba presurosa y malhumorada los cinco pisos del edificio.
Las discusiones entre los padres eran frecuentes, públicas y privadas. Cuando él olvidaba algo de la nena –un pañal, el babero o el juguete preferido–, tocaba el citófono en el primer piso y le pedía a la madre que por favor, le lanzara por el balcón lo que había dejado.
Ella se despachaba contra él, por el citófono o por el balcón: “Inútil, ni siquiera podés organizar bien las cosas de la niña; yo estoy ocupada, subí por lo que necesités…si no te entretuvieras viendo televisión, si dejaras todo listo desde el día anterior, pero qué… una neurona por actividad, qué más se puede esperar...”
Él, medio avergonzado, le rogaba que le hiciera el favor para no dejar a la nena sola. De pronto volaba por los aires una bolsa con aquello que faltaba. Él proseguía loma arriba, empujando cochecito y niña, con su pañoletica rosada. En la noche, una mujer mayor traía a la nena en su coche, bien guardadita dentro de unas cobijas.
Ambos padres llegaban pasadas las nueve. Despedían a la anciana, y se preparaban para su siguiente round. ¿La niña estorbaba?
SI, ASI ES HAY MUCHOS NIÑOS QUE NACEN EN ESTE MOMENTO Y LOS PADRES ESTAN EN LO SUYO, DEL DIA A DIA Y COMO SIEMPRE LOS NIÑOS PARA LOS ABUELOS O PARA LOS VECINOS,.EL HIJO ESTORBA.COMO LA PELICULA DE MATILDA.QUE LOS PADRES LA REGALAN.